La experiencia de vida después de la muerte de un prestigioso neurocirujano

Desde que en los años 70 se comenzaran a estudiar las experiencias cercanas a la muerte (ECM), se han documentado miles y miles de casos, en los que muchas personas aseguran haber viajado al «más allá» mientras sus cuerpos estaban clínicamente muertos o al borde de la muerte  a causa de enfermedades graves o accidentes. Personas que aseguran que hay vida después de la muerte, tras haber «vivido» esas experiencias.

Pero de todos estos casos, sin duda uno de los más interesantes es el del neurocirujano estadounidense Eben Alexander. O al menos, un caso curioso, dado que el doctor Alexander es, además de cirujano, un reputado investigador del cerebro y del sistema nervioso formado en universidades de primer nivel como son Duke y Harvard.

El doctor Eben Alexander siempre había mostrado su escepticismo frente a todos los casos de experiencias cercanas a la muerte que sus pacientes le contaban. Escuchaba los relatos con paciencia y cortesía, pero con buenas palabras trataba de ofrecer a sus pacientes una explicación científica probable o razonable gracias a sus amplios conocimientos neurológicos. De hecho, en su cabeza no podía caber otra explicación para las ECM que no fuera científica. Su razón, sus estudios y su absoluta fe en la ciencia le impedían creer en otra posibilidad. En definitiva, Eben Alexander era un escéptico, educado, pero todo un escéptico de primer nivel, que además nunca se había interesado por las ECM. Siempre las había tenido como alucinaciones provocadas por el cerebro en situaciones extremas.

Pero en el año 2008 al doctor Alexander le sucedió algo inesperado e improbable. Contrajo una meningitis severa provocada por la bacteria E-coli, una enfermedad rara, y de la cual poca gente sobrevive si no se diagnostica y trata rápidamente. En aquel momento tenía 48 años, una familia estupenda, una vida feliz y desahogada. Pero de repente, en un sólo día, dólores muy intensos, convulsiones, ambulancia, hospital, pérdida de conocimiento… Durante 7 días su cuerpo permaneció en coma, sin actividad cerebral, mientras los médicos le suministraban potentes antibióticos y trataban de averiguar el origen de la enfermedad. Al quinto día, sus probabilidades de sobrevivir se estimaban en tal sólo un 7 por ciento.

En esos días, Eben Alexander asegura que experimentó un viaje increíble e hiperrealista a otra dimensión superior, en la cual el tiempo y el espacio no se medían como en nuestra realidad. Un lugar donde todo rebosaba de amor infinito. En ese viaje, él no recordaba quién era, ni recordaba su vida pasada, sólo sabía que estaba en ese «ahora», en un lugar diferente, maravilloso e infinitamente más real que el mundo que percibimos a través de nuestros sentidos. Se encontró con «entidades» maravillosas, protectoras, que se comunicaban con él mediante ideas. Se dió cuenta de que no estaba usando sus sentidos, todo llegaba a su espíritu o a su conciencia directamente. Vivió algunas experiencias increíbles, vió paisajes idílicos, sintió puro amor, y mientras, según él, viajaba en las alas de una mariposa, conoció a una mujer maravillosa que le tranquilizó y le rodeó de bienestar y seguridad.

Objetivamente, lo que el doctor Alexander vivió, es de menor espectacularidad que lo vivido por otras personas que han tenido experiencias ECM, pero, el tremendo realismo (como él mismo dice, más realista que lo que cada día vé y toca y siente en este mundo) y las sensaciones de amor, serenidad, tranquilidad y de paz que disfrutó produjeron un grandísimo impacto en su vida y en su forma de pensar.

doctor eben alexander cuenta su ecm experiencia cercana a la muerta a Oprah prueba del cielo

Alexander, sorprendentemente, despertó al séptimo día, cuando ya lo daban por desahuciado. Tras despertar, poco a poco se fué recuperando hasta que finalmente le dieron de alta, sin que, por extraño que parezca, su cerebro hubirea sufrido secuelas aparentes como todos esperaban. Cuando se puso bien, decidió estudiar lo que había pasado. Comprobó y examinó todo lo que le sucedió esos días junto a los médicos que lo trataron y también con los mejores expertos de Estados Unidos. Él seguía pretendiendo explicar científicamente lo que él vivió, pero cuánto más revisaba, estudiaba, comprobaba, se iba quedando sin opciones para poder darse una explicación, hasta que definitivamente se dió cuenta de que no era posible explicar cómo había tenido esa experiencia mientras estuvo en coma, ya que su cerebro había estado completamente inoperativo.

Otra curiosidad de su caso es que el doctor Alexander había sido un niño adoptado, lo entregaron cuando era bebé a un centro de adopción y por ese motivo jamás conoció a sus padres ni tampoco a sus hermanos biológicos. Poco antes de sufrir la meningitis severa, por insistencia de sus hijos, Alexander trató de localizar a sus familiares biológicos, pero la respuesta llegó 4 meses después de haber sido dado de alta de esta grave enfermedad. Le enviaron una fotografía de su hermana biológica que había fallecido años atrás y que él nunca pudo conocer. El doctor cuando observó la fotografía se puso a llorar desconsoladamente, pues según él, ella era el mismo ser angelical que le protegió y cuidó durante su experiencia ECM.

Tras todas estas «vivencias», Alexander decidió dedicar su vida a tratar de encontrar explicación a las experiencias cercanas a la muerte. En primer lugar, escribió todo lo que recordaba que le había pasado, contrastó todas las opiniones, habló con sus médicos, con expertos de todas las materias, y tras anotar todo lo relacionado con su caso, comenzó a leer otras experiencias cercanas a la muerte, los testimonios de vida después de la muerte estudiados desde los años 70 por doctores como Raymond Moody. Con todos esos datos, finalmente escribió un libro, cuyo título en español es «La prueba del Cielo«. Un libro super-ventas que ha reconfortado a muchos lectores, pero que también le ha convertido en objetivo del ataque de algunos de sus compañeros de profesión.

Pero al neurocirujano Eben Alexander no le importan las críticas de algunos colegas y les recomienda que por favor lean su libro antes de opinar. Actualmente está convencido de que efectivamente hay un más allá, hay otro mundo u otra dimensión superior, muy superior, una vida después de la muerte, y que nuestro espíritu, alma o conciencia o como se quiera llamar, no muere en esta especie de escenario teatral en el que vivimos. De ser un hombre absolutamente escéptico, un hombre volcado con sus estudios médicos, un creyente puro en la ciencia, ahora además de ello, es una persona que piensa que estamos aquí de paso y que existe un Dios, o una especie de Dios que nos ama profundamente. Extraño y curioso, no es una persona inculta, limitada, sino alguien muy inteligente dedicado por completo a la ciencia médica y al estudio del cerebro.

 

Sobre el libro «La prueba del cielo» de Eben Alexander

vida despues de la muerte,La versión en español de su libro realmente no se puede decir que sea la mejor traducción posible, o por lo menos no está al nivel del original. Sin embargo es una lectura entretenida, aunque lejos de muchos libros sobre ECM que se han publicado. Esto es debido, por un lado, a que la experiencia de Alexander no es tan espectacular como otros casos que se han descrito, y por otro lado, debido a que el doctor trata de explicarnos con demasiado detalle lo que estaba sucediendo mientras él estaba inconsciente, a su vez todo trufado con muchos conceptos médicos y científicos que a algunos les puede aburrir.

El libro está escrito cronológicamente, con los datos que él recabó de los doctores y de sus familiares sobre los momentos en que él estuvo en coma. Alterna los capítulos donde explica lo que acontecía a su cuerpo y durante su lucha por sobrevivir en el hospital mientras estaba en coma con capítulos donde narra las experiencias simultáneas que estaba teniendo su «espíritu» en el «más allá». En todo caso, es un libro muy interesante, y sin duda, si buscáramos a alguien adecuado para que nos pudiera convencer de la existencia real de las ECM, no encontraríamos un mejor candidato que el señor Eben Alexander, pues con su intachable reputación de neurocirujano e investigador es más difícil de descalificar (a pesar de todo, lo están intentado desde que se atrevió a publicar su libro).

En definitiva, el libro de un antiguo escéptico, científico ortodoxo, cuya extraña experiencia lo convirtió en firme defensor de la existencia de la vida después de la muerte, de la existencia de un más allá tras la muerte, y de una dimensión superior donde se nos ama y se nos proteje. . Tras dicha experiencia, Alexander afirma que vivimos en este mundo con nuestros sentidos cubiertos por una especie de velo, casi opaco, que no nos permite apreciar en toda su inmensidad la verdadera realidad, la existencia de otras dimensiones más perfectas y maravillosas. Este estado es temporal y producto de un largo aprendizaje. En fin, el libro, recomendable, y que cada cual extraiga sus propias conclusiones.

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