¿Es posible transplantar el cerebro humano a un robot y seguir viviendo después de la muerte?

En la conferencia Global Future 2045, celebrada en junio de este año en Nueva York, tres de los más prestigiosos neurocientíficos del mundo debatieron sobre la posibilidad de implantar un cerebro humano en un robot. Los científicos Theodore Berger, de la Universidad de Carolina del Sur, Mikhail Lebedev, de la Universidad de Duke, y Alexander Kaplan de la Universidad de Moscú, creen rotundamente que sí será posible a corto-medio plazo.

Los tres científicos creen muy factible transplantar un cerebro humano en un robot, debido a que dicho órgano es el último que deja de funcionar tras haberse producido la muerte. Dado que durante el proceso de la muerte el cerebro «sobrevive» brevemente sin necesitar a otros órganos, Berger, Lebedev y Kaplan creen que es muy posible poder preservar indefinitiamente un cerebro en funcionamiento una vez sea transplantado a un robot o a una máquina. Además, el cerebro cuenta con la ventaja de que sus células envejecen muy lentamente en comparación con cualquier otro órgano del cuerpo humano, así que en caso de lograr el transplante, su «longevidad» dependería de la resistencia de la máquina, tal y como sucede con el cuerpo humano.

Para que esto pueda lograrse, sería necesario que el cerebro se nutriera de algún tipo de sustituto biológico de la sangre, con un sustrato hormonal, bioquímico y energético adecuado, lo cual es factible. También sería necesario un interface multicanal que permitiera un intercambio de información bidireccional entre el cerebro y una computadora, además de conectarlo a prótesis neuronales y órgamos humanos desarrollados en laboratorio a partir de células madre. Ellos piensan que todo ello será posible en no demasiado tiempo.

También piensan que será posible preservar completamente el cerebro vivo en una cámara de conservación sin que éste se vea afectado por ello. Sin embargo, lo que los científicos no pueden predecir, porque no hay posibilidad de saberlo al no existir precedentes de un proceso similar, es cuál será el grado de conciencia de un cerebro transplantado, cómo será su inteligencia, su comprensión, y qué es lo que sentirá al darse cuenta de que es un cerebro humano transplantado en un robot.

Tampoco pueden imaginar por ahora cuáles serían las implicaciones éticas que un transplante de este tipo podría llevar consigo, y si una operación de este tipo podría ser conveniente tanto para «el cerebro» de la persona que falleció, como para sus seres queridos. Los investigadores se limitaron a contemplar únicamente los aspectos científicos para finalmente afirmar que en un futuro muy próximo será posible efectuar este tipo de transplante con la tecnología y los avances científicos que se están produciendo.

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Una respuesta a “¿Es posible transplantar el cerebro humano a un robot y seguir viviendo después de la muerte?”

  1. hola dice:

    Hola que tal, como esta…

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