La Ketamina, tratamiento contra la depresión
Durante muchos años, los médicos han tratado de comprender los efectos antidepresivos de la ketamina, una droga que se utiliza para sedar a los pacientes que sufren procesos dolorosos y de manera más habitual como anestesia en cirugías. Esta droga parece ser que puede sacar del abismo de manera casi inmediata a las personas que padecen esta enfermedad, así que muchos médicos tienen grandes tentaciones de usar la ketamina como tratamiento contra la depresión en sus pacientes.
Los últimos estudios demuestran que los rapidísimos efectos antidepresivos de la ketamina no son simples efectos secundarios de su uso como sedante o como anestesia. La capacidad antidepresiva de la ketamina es real, aunque sus efectos disminuyen al cabo de una semana.
La ketamina, que también es una droga que es utilizada de manera recreativa por algunas personas para conseguir alucinaciones de tipo «viaje fuera del cuerpo», todavía no ha sido aprobada para su uso como antidepresivo pero sí está disponible de manera legal para su uso como anestésico. Estudios y ensayos anteriores realizados a lo largo de varios años sugieren que podría ser un potente antidepresivo cuya principal característica es su acción casi inmediata en los pacientes que sufren de depresión. Son tan buenos los efectos que muchos investigadores se han lanzado de lleno a estudiar esta droga y sus efectos, otorgándole su máxima prioridad.
El resultado es que algunos médicos, se han atrevido incluso a utilizarla ya en sus pacientes. Esto refleja una especie de desesperación por conseguir efectos, puesto que los medicamentos antidepresivos actuales no logran producir efecto hasta pasadas cuatro o séis semanas de tratamiento. Esto sucede con los antidepresivos más usados hoy en día, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
Pero el hecho de que la ketamina esté siendo usada «bajo cuerda» como tratamiento contra la depresión por algunos médicos hace necesaria una urgente investigación científica sobre su eficacia y seguridad. El programa de estudios de los transtornos de ansiedad y del estado de ánimo de la Escuela de Medicina de Mount Sinai hizó un estudio a 72 personas que padecían trastorno depresivo severo, que no habían conseguido atenuarlo a pesar de haber sido tratados con dos o más antidepresivos actuales.
A la mitad de esas personas se les suministró ketamina durante 40 minutos en una dosis mucho más baja que la normalmente utilizada como anestesia. A la otra mitad de los individuos se les administró durante 40 minutos otro sedante, midazolam, al cual no se le conoce efecto antidepresivo alguno.
Un día después, la depresión de ambos grupos de sujetos había disminuído, pero la respuesta de los que recibieron la dosis de ketamina fue mucho más fuerte, un 63,8& frente a sólo un 28% en el grupo que recibió midazolam.
Una semana después, la tasa de respuesta del grupo que recibió ketamina cayó a un 45,7% pero manteniendose mucho más alta que en el grupo de midazolam.
Los investigadores concluyeron que los efectos antidepresivos de la ketamina son muy potentes y rápidos. Una sola aplicación es suficiente para que sus efectos persistan casi durante toda una semana. Por ello se haría necesario administrar una dosis semanalmente para obtener efecto a largo plazo. Pese a que no se detectaron efectos secundarios o negativos en los pacientes que recibieron su dosis de ketamina, para que este tratamiento sea autorizado a largo plazo, se necesita todavía realizar muchos estudios que comprueben la dosis de seguridad, la eficacia y los efectos a largo plazo de la ketamina, pero el camino no acaba más que comenzar y de forma prometedora.
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