La hiperactividad puede ser causada por transtornos en el oído
Los problemas en el oído interno pueden desencadenar hiperactividad en las personas que los padecen, según un reciente estudio llevado a cabo por el Doctor Jean Hebert, profesor de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York.
Las alteraciones en la conducta siempre se ha creído que eran originadas en el cerebro, pero los investigadores han hallado que las disfunciones en el oído interno pueden causar de manera directa estos cambios neurológicos.
Esto puede indicar que la hiperactividad que sufren los niños que tienen transtornos en el oído interno podría controlarse mediante medicaciones que traten la zona correspondiente del cerebro.
Durante muchos años, los científicos advirtieron que muchos niños y jóvenes que padecen transtornos del oído interno (transtornos que afectan a la audición y el equilibrio especialmente) también tienen serios problemas de comportamiento como la hiperactividad, pero hasta estos días nadie había podido probar esta relación.
El estudio del Doctor Jean Hebert aporta la primera evidencia de que una discapacidad sensorial, como un transtorno del oído interno, puede inducir determinados cambios moleculares en el cerebro que causan anormales conductas de comportamiento o de adaptación, que hasta ahora se consideraban originadas por el cerebro.
El oído interno está conformado por dos estructuras: el sistema vestibular, que se encarga del equilibrio, y la cóclea, que se encarga de la audición. Los transtornos del oído interno se producen por defectos genéticos y también por infecciones o lesiones.
El Doctor Jean Hebert tuvo la idea de iniciar el estudio cuando un aspirante a doctor en su universidad se dió cuenta de que algunos ratones en el laboratorio eran extremadamente hiperactivos, estando siempre en continuo movimiento tratando de perseguir su propia cola. Al analizar estos ratones, observaron que tenían serios problemas en sus oídos, como sordera profunda. Estos problemas que tenían los ratones en su oído interno se debían a una mutación genética, en un gen que también se encuentra en los seres humanos.
Para averiguar si esta mutación estaba relacionada con la hiperactividad de los ratones, los investigadores seleccionaron ratones sanos a los que fueron eliminando paulatinamente y de manera selectiva el gen del oído interno, así como los de diversas partes del cerebro que controlan el movimiento o el sistema nervioso central. Para su sorpresa, vieron que la hiperactividad sólo se producía cuando retiraban el gen del oído interno.
En base a este descubrimiento, los científicos creen que los defectos producidos en el oído interno causan un funcionamiento anormal del área central del cerebro que controla el movimiento. Otras pruebas adicionales mostraron también un aumento en los niveles de dos de las proteínas que están implicadas en la señalización del camino que deben seguir los neurotransmisores.
El aumento de estos niveles se observó únicamente en la zona central del cerebro, la zona responsable de controlar el movimiento, y no en otras regiones cerebrales. Para probar esto, los investigadores inyectaron a los ratones un inhibidor de la proteína, tras lo cual, la actividad de los ratones regresó a la normalidad.
Estos resultados hacen creer a los científicos que la hiperactividad que tienen los niños con transtornos del oído interno podría controlarse con medicinas que inhibieran la zona central del cerebro, de la misma manera que se hizo en los ratones.
El doctor Jean Herbert cree además que otras deficiencias sensoriales que no tengan relación con el oído interno también podrían causar directamente o contribuir a la aparición de diversos transtornos psiquiátricos o psicomotores que hasta el día de hoy se han venido considerando como transtornos de origen cerebral.
Datos clave
- Los defectos en el oído interno provocan un mal funcionamiento en la zona cerebral responsable del movimiento.
- Los ratones con defectos del oído interno causados por mutación genética eran más propensos a ser hiperactivos.
- Cuando el gen mutado se eliminaba, la hiperactividad disminuyó o desapareció.
- Este descubrimiento podría aplicarse a los seres humanos, desarrollando tratamientos para el desorden de déficit de atención e hiperactividad y déficit de aprendizaje.
- El aumento de niveles de dos proteínas en los ratones contribuyen a la hiperactividad, al inhibirlas, los niveles de actividad se normalizan.
¡Deja tu comentario!